Somos una familia apasionada por el Karate-Do, cuya convicción es que esta antigua arte marcial pueda ayudar a mejorar la vida de niños, jóvenes y adultos por igual. Con el sueño de difundir los valores y beneficios del Karate, esta familia decidió emprender un emocionante viaje para abrir su propio dojo en Panamá, llamado DOJO SHOTOKAN RYU KASE HA- KARATE DO Panamá, ubicado en Brisas de Golf.

Después de la pandemia que sacudió al mundo, esta familia se dio cuenta de la importancia de mantenerse activos física y mentalmente. Reconocieron que el Karate-Do no solo era un deporte, sino también una disciplina que fomentaba el respeto, la autodisciplina y la superación personal. Así nació su idea de establecer un lugar donde las personas pudieran encontrar un refugio seguro para desarrollarse tanto física como emocionalmente.

Con un espíritu emprendedor, la familia se embarcó en un arduo trabajo para hacer realidad su visión. Realizaron investigaciones exhaustivas, buscando el lugar perfecto para su dojo. Finalmente, encontraron un espacio adecuado en Brisas de Golf, un lugar acogedor y familiar.

El siguiente paso fue reclutar instructores talentosos y apasionados que compartieran los valores de la familia y estuvieran comprometidos con la enseñanza del Karate-Do de manera auténtica. A través de su red de contactos y una cuidadosa selección, lograron formar un equipo de profesionales dedicados y con una amplia experiencia en el Karate.

Con una ceremonia tradicional, donde se realizaron demostraciones de habilidades y se habló sobre los valores fundamentales del Karate-Do, el DOJO SHOTOKAN - KARATE DO Panamá abrió oficialmente sus puertas.

A medida que pasaba el tiempo, el dojo se convirtió en un lugar especial para muchas personas. Los niños encontraron un espacio para desarrollar su confianza, aprender a respetarse a sí mismos y a los demás, y mejorar su condición física. Los jóvenes descubrieron una forma de canalizar su energía de manera positiva y adquirieron habilidades que les serían útiles en todas las áreas de sus vidas. Los adultos encontraron un escape del estrés diario y una comunidad solidaria que los apoyaba en su búsqueda de un estilo de vida más saludable.